sábado, 13 de agosto de 2016

Tácticas de guerra Aztecas

Artista: J. Redondo
Numerosas son las fuentes que describen las maneras de hacer la guerra entre los mexicas, dado a que todas ellas concuerdan no hay discrepancias en la legitimidad de dichos relatos. Antes de adentrarnos en las tácticas empleadas durante la guerra, es preciso detenernos a considerar la dimensión del ejército mexica, el antropólogo alemán Wolfgang Haberland describe el oficio militar como obligatorio: “Todo azteca tenía la obligación de hacer el servicio militar en tiempos de peligro, por ejemplo, durante la invasión española, ya fuera campesino o artesano. Los mismos sacerdotes tomaban las armas a menudo; en tal caso eran considerados como de rango igual a los guerreros profesionales.”[1] Esta información nos permite crear un panorama del numeroso ejército mexica así mencionado por Bernal Díaz del Castillo “Estaban tantos guerreros sobre nosotros, […] que unos dándonos guerra por unas partes y otros por otra.”[2] , los españoles por parte de los tlaxcaltecas se enteraron que la magnitud de las fuerzas del imperio mexica era de aproximadamente 150 000 hombres en total, Haberland hace un estimado de los efectivos que tendría tan solo la ciudad de Tenochtitlan “Si consideramos que los 20 Calpulli contaban con unos 300 guerreros profesionales entonces el cuerpo militar de Tenochtitlan habría tenido por si solo más de 6000 guerreros”.[3]


El ejército no se organizaba en filas ni alas, sino en divisiones, si estas eran numerosas  se contaban por xiquipilles, los cuales constaban de ocho mil soldados, cada división era comandada por algún tlacatecalt u otro general que como menciona Tezozómoc podía ser un cuachiqueh u otomitl. Podemos imaginar el orden del ejército por las narraciones del conquistador anónimo, quien declaró:

Guardan cierto orden en sus guerras, pues tienen sus capitanes generales, y además otros capitanes particulares de cuatrocientos y de doscientos hombres. Cada compañía tiene su alférez, quien lleva la bandera en su asta […] Es una de las cosas más bellas del mundo verlos en la guerra por sus escuadrones, porque van con maravilloso orden y muy galanes, y parece tan bien, que no hay más que ver.[4]

Una de las tácticas de guerra que podemos considerar psicológicas y que es mencionada por los conquistadores es el empleo de gritos y sonidos fuertes provenientes de diversos instrumentos, Bernal Diaz del Castillo menciona repetidas veces esto, en una de ellas escribió “[…[ no cesaban muchos escuadrones de darnos guerra y decirnos que éramos como mujeres y nos llamaban de bellacos y otros vituperios.”[5] Por otra parte el Conquistador anónimo hace referencia a los cantos y sonidos fuertes que los nativos empleaban en la guerra: “Mientras pelean cantan y bailan; y a vueltas dan los más horribles alaridos y silbos del mundo, especialmente si notan que van alcanzando la ventaja; y es cierto que a quien no los ha visto pelear otras veces ponen gran temor con sus gritos y valentías”[6] En el campo de batalla la guerra comenzaba con el sonar de un caracol, un tambor o algún instrumento de hueso. Fray Bartolomé relata que ha sido testigo de los gritos y aullidos de los mexicas al arremeter en combate y que estos sonidos han sido responsables del retroceder de las fuerzas españolas; Clavijero narra: “La batalla se comenzaba con un espantoso ruido de los instrumentos militares y de gritos y silbos tan grandes que, como testifica el Conquistador anónimo causaba terror entre los que no estaban acostumbrados.”[7]

Después de las amenazas sonoras, el ejército mexica arremetía con fuego a discreción, una lluvia de flechas, piedras y dardos caía sobre el enemigo, Bernal escribió: “[…] y tiran tanta vara y piedras con honda y flechas, que no hirieron de aquella vez sobre cuarenta y seis de los nuestros, y doce murieron de las heridas.”[8]  Tras el cese del fuego, Tezozómoc relata: “otomi y cuachicme, adelantados primeros en las guerras. […] y los cuachicmes por delante, rrigiéndolos achcacauhtin, mayorales maestros de armas y de dotrina y exemplo, siendo siempre delanteros los otomis y cuachic tequihuaques.”[9]. Por lo cual se infiere que los cuachiqueh y otomitl eran quienes entraban en combate cuerpo a cuerpo antes que cualquier otra división, es decir que el ejército mexica arremetía de primer momento con sus tropas de elite. A diferencia de la creencia popular la batalla no era un acto individual sino por comandos, es decir, se procuraba mantener la unión de los batallones esto no quiere decir que no fuesen capaces de confrontar a un enemigo en duelo singular, sobre este aspecto el Conquistador anónimo relata que un militar mexica se defendió de varios españoles con gran destreza.

Yo vi a uno de éstos defenderse valerosamente de dos caballos ligeros, y a otro de tres y cuatro; y viendo los españoles que no lo podía matar, perdió uno de ellos la paciencia y le arrojó su lanza, pero el indio antes que le alcanzara la cogió en el aire, y con ella peleó todavía más de una hora, hasta que llegaron dos peones que lo hirieron de dos o tres flechazos con lo que habiendo cerrado el indio con el uno el otro lo abrazó por detrás y le dio de puñaladas.[10]

Las tácticas de combate de los mexicas incluían emboscadas “agazapándose entre la hierba y ocultándose en hoyos que hacían en la tierra […]”[11] Bartolomé de las Casas, testigo de las estrategias militares de los mexicas menciona “[…] a veces disimulaban huída y tornaban con mayor ímpetu.”[12] No se debe olvidar que el objetivo de las contiendas no era matar al enemigo si no capturarlo, inclusive para Sun Tzu esto es lo más primordial “Capturar al ejército enemigo vale más que destruirlo; tomar intacto un batallón, una compañía o una escuadra de cinco hombres vale más que destruirlos”[13] en la lógica de Sun Tzu el apresar enemigos es esencial para obtención de información, sin embargo para los mexicas y gracias al pensamiento místico-guerrero de Tlacaélel era necesario para satisfacer las necesidades de los sacrificios humanos, pese a que existen estas dos variables ideológicas, la teoría es la misma.


En las expediciones que hace Moctezuma contra Tututépec (1511-1513) se mencionan los movimientos que hacia el ejército en cuanto a la poliorcética, “[…] atravesaban las rápidas corrientes en pontones y cómo las tropas de vanguardia de los aztecas conquistaron una fortaleza rodeada de seis muros, usando picos y palas y tropas de asalto provistas de escaleras y techos de protección."[14] Explica Ross Hassig: pese a que las fortalezas mesoamericanas “Como meras estructuras nos dicen poco acerca de la naturaleza de las guerras.”[15] Sabemos, por la narrativa sobre las expediciones de Tututépec que la milicia mexica no sólo estaba adiestrada en el combate abierto sino también en el asedio y por consiguiente en la defensa de fortalezas.

Luis Armando D. Alarcón
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[1] Wolfgang Haberland, Culturas de la América indígena/Mesoamérica y América Central (México:FCE, 1974), 77.
[2] Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, tomo II (México: EVM, 1976),485.
[3] Haberland, Culturas de la América indígena, 78
[4] Conquistador Anónimo, “Biblioteca virtual universal”, http://www.biblioteca.org.ar/ (Fecha de consulta: 2 de junio de 2016), 3-4.
[5] Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, tomo II, 485.
[6] Conquistador Anónimo, 3.
[7] Clavijero, Historia Antigua de México, 319.
[8] Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, tomo II, 485.
[9] Alvarado Tezozómoc, Crónica mexicana (España: Linkgua, 2014), 101.
[10] Conquistador Anónimo, 3.
[11] Clavijero, Historia Antigua de México, 320.
[12] de las Casas, Los Indios de México y Nueva España, 53.
[13] Sun Tzu, El arte de la guerra, 21.
[14] Walter Krickeber, Las antiguas culturas mexicanas (México: FCE, 1985), 54.
[15] Ross Hassig, “La guerra en la antigua Mesoamérica”, Arqueología mexicana, núm.84 (abril 2007): 38.

2 comentarios:

  1. hola me llamo benjamin caceres y me gusta el pico

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  2. hola me llamo amaro y me viola mi tio todas las noches

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